Hace
casi un año publique una entrada que se titulaba: “Unos miran sin ver… otros
miran, ven y aprecian…”. Hoy, junto a los docentes de CEC, sigo apreciando la transformación que la experiencia de construir
Centro Educativo Complementario produce en cada uno que lo camina y que
sostiene el sentido de implicarse e interpelarse diariamente.
Abrimos
un 2012 con una Propuesta Educativa que impulsara un real encuentro de los
niños y los adultos con las ciencias y la literatura latinoamericana.
Centrados
en ejes de nuestra Propuesta Curricular intentamos armar andamiaje que posibilitara ser sujetos de experiencia - aquel capaz de sentirse afectado,
producir algún afecto, inscribir alguna marca, dejar alguna huella- con múltiples
lenguajes atentos a la alteridad.
Quisimos
ir por más y sin salir de la posición de sujeto de experiencia
pujamos por encontrarnos en una tarea común con directores y maestros del Nivel
Primario.
Lo
vivido, en unos rearmo el discurso pedagógico naturalizado y en otros la
posibilidad de búsqueda, ensayo, exploración de otros modos para nombrar sin
anhelar certezas y permitiendo crear otros horizontes.
Este
fue un año de múltiples desafíos y variados cambios en mi tarea supervisiva.
Diariamente golpeaba en cada acontecer transitado una idea potente de Jorge
Larrosa que me impulsaba a seguir “… la apertura que la experiencia da es
apertura de lo posible, pero también de lo imposible, de lo sorprendente, de lo
que no puede ser.”