Mi andar entre ustedes y con cada uno de ustedes transforma mis miradas. Hasta pude dar
sentido a un oxímoron que me acompaña en este andar: un escepticismo-esperanzado.
Una gota en el océano es lo que les digo y percibo cuando intentamos, juntos, otros modos
de estar y hacer en el mar del sistema-distrito-instituciones escolares-aulas...
En nuestros espacios de trabajo (concurrencias a las escuelas, plenarios, equipos
de trabajo que conceptualizan experiencias sobre sus prácticas...) veo posibilidades junto con lo
que traquetea que, justamente es lo que nos habilita a seguir implicando-nos,
interpelando-nos corriendo el velo de una cultura de la mortificación.
Ustedes saben que la música para mí es un arte maravilloso. Desde niña saboree el encanto y
placer de lo que la música producía en mi pensar, mirar, expresar, compartir. También
viví el disciplinamiento musical, pero fue eso precisamente lo que me permitió construir
la insolencia que me ha acompañado por años. La tensión entre mis modos y lo
políticamente correcto según la impronta epocal.
Les comparto un tema de Macaco, un conjunto musical español. Disfruto la sencillez
de lo dicho e ignorado de sus letras.
Seguimos en contacto.