Es necesario poder leer lo no escolar que hay en la escuela. Nuestra tarea está centrada en refundar el territorio escolar y para ello es necesario poder leer los signos que atraviesan a la vida y dinámica institucional.
Hablar de violencia no es instalar la idea de violencia escolar. El escenario escolar está atravesado por una cultura social donde la violencia es un modo constante de relación.
Hablar de violencia no es instalar la idea de violencia escolar. El escenario escolar está atravesado por una cultura social donde la violencia es un modo constante de relación.
Existen diversos signos en la cotidianidad de la escuela, los que tenemos que saber leer. Estar atentos a ellos posibilita que intervengamos en pro de generar espacios que habiliten y direccionen la violencia por la violencia misma.
Hay violencia que funda, el direccionar del adulto atento posibilita refundar el escenario escolar, donde la escucha, la palabra y el conocimiento sean los elementos imprescindibles para refundar territorio escolar.
Hoy todos nos impactamos con noticias periodísticas sobre lo que sucede en la escuela.
Los invito a pensar tratando de salir de las representaciones que estas noticias nos disparan. Posicionarnos en el desafío de leerlas como signos que nos impulsan a reflexionar, que en palabras de Deleuzze es aquello que desautomatiza respuestas y está dispuesto a crear condiciones de liga.